El pasado lunes 3 de junio del 2013, y como parte de un viaje de placer por España, tuve oportunidad de visitar el famoso Mercado de San Miguel en Madrid. La visita no fue únicamente con el fin de fotografiar, sino de disfrutar de un sabroso y variado desayuno.
«El Mercado de San Miguel es un lugar histórico y monumental, cargado de reminiscencias literarias. Emplazado en el corazón del Madrid castizo, se halla en la zona de mayor personalidad de la ciudad y mejor oferta comercial, cultural y de ocio» según se describe en su sitio web oficial.
Como centro de la actividad culinaria, el mercado pretende poner a disposición de los visitantes«una oferta vinculada a la calidad, a la frescura, y a la temporalidad de los alimentos, respondiendo al reciente interés por la Gastronomía que la ha convertido en un autentico hecho cultural. El Mercado de San Miguel pretende llegar a ser un Centro de Cultura Culinaria, donde el protagonista es el producto, y donde tengan presencia activa todos los grandes hechos y acontecimientos del universo de la alimentación».
El edificio
Además de su actividad culinaria, el inmueble tiene una función estética y arquitectónica importante.
«El mercado de San Miguel es el único mercado en hierro que ha llegado hasta nuestros días. Está considerado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Situado en la plaza de San Miguel con fachadas a la Plaza del Conde de Miranda y a la Cava de San Miguel. Su construcción, bajo la dirección de Alfonso Dubí y Díez, se concluyó en 1916.
Consta de una planta baja con estructura metálica de soportes de hierro fundido y un sótano para almacenes».
Fotografías: José Campos Rojas
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